Trastornos de la personalidad
- andriush94
- 29 nov 2015
- 25 Min. de lectura
Los trastorno de la personalidad se caracterizan por rasgos de la personalidad inflexibles, duraderos e inadaptados que causan un deterioro funcional significativo, angustia subjetiva o una combinación de ambas en el individuo ( Sue, Sue.D y Sue.S,2010).

Trastorno TOC de la personalidad:
Las personas con este trastorno se caracterizan por el perfeccionismo, tendencia a ser controlador en el aspecto interpersonal, devoción por los detlles y rigidez (Sue, Sue.D y Sue. S, 2010).

Caracteristicas:
Controlador
Rigidez
Deterioro social
perfeccionista
indeciso
preocupación por el orden en general
preocupacion en el pensamiento
Datos estadisticos:
TCOP 2 veces más frecuente en hombres(DSM-IV-TR)
Prevalencia del 5 al 15% (Muñoz, s.f)
Prevalencia disminuye con la edad(Muñoz, s.f)
Afecta entre 2 y 3 millones de adultos y medio millón de niños y adolescentes en los EEUU (Cogen, 2014)

Noticia relacionada con el trastorno:
¿Qué sabemos del Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Por Stephanie Cogen, MPH, MSW
¿Cómo piensa que reaccionaría la gente al oír que hay una enfermedad que afecta entre 2 y 3 millones de adultos y medio millón de niños y adolescentes en los EEUU, pero no hay suficientes profesionales de la salud bien entrenados para tratarla? ¿Cómo reaccionaría al hecho de que esta enfermedad no discrimina por edad, sexo, raza, ni origen, pero que se tarda entre 14 y 17 años para recibir un diagnóstico correcto y tratamiento eficaz?
Este es el caso desafortunado del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), y pocas personas saben esto mejor que Romina Vitale, cantante y compositora, quien padece de TOC severo:
“Este particular trastorno, redujo dramáticamente mi contacto con el mundo y con mis deseos. Acechada por terribles pensamientos irracionales, mi vida cotidiana se convirtió en un territorio comandado por mis múltiples compulsiones, a tal punto que en ocasiones dejé de comer, de salir, de beber, y hasta de dormir. El TOC no se trata simplemente de lavarse las manos un poco más asiduamente, el TOC es un trastorno muy incapacitante, que afecta significativamente la vida de quienes lo padecemos y que debe ser tratado con la terapia correcta (Terapia Cognitiva Conductual con Exposición y Prevención de Respuesta). Luego de haber realizado tratamientos de TCC/EPR en Argentina y en los Estados Unidos, hoy estoy mucho mejor. Con mucha voluntad, y con la ayuda de mis terapeutas, trabajé en construir nuevas herramientas emocionales y comportamentales con las que combatir al TOC. Gracias a mi tratamiento, recuperé confianza e independencia. Y si bien el TOC es un trastorno crónico, también es cierto que es tratable, que podemos mejorar nuestra calidad de vida y recuperar nuestros sueños y nuestra alegría.”
El TOC afecta a la comunidad latina del mismo modo que a las demás, pero tal vez la información acerca de este trastorno, sus características y su tratamiento, no estén suficientemente difundidos. El TOC no es una peculiaridad del comportamiento, un caso perdido, o algo vergonzoso " es una condición de la salud mental, y un diagnóstico que tiene tratamiento efectivo.
¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?
El TOC es una condición de la salud mental con tres características principales: Las personas que padecen de este trastorno experimentan pensamientos involuntarios, irracionales, y repetitivos, llamados obsesiones. Estos pensamientos generan ansiedad, angustia y miedo en el paciente, quien se ve compelido a realizar acciones compulsivas, en su intento por neutralizar las sensaciones desagradables asociadas a las obsesiones. El ciclo de obsesiones y compulsiones requiere mucho tiempo diario e inhibe la realización de actividades importantes para la persona.
Obsesiones son pensamientos, imágenes, o impulsos repetitivos, involuntarios e irracionales. La persona no desea tener estas obsesiones, y las obsesiones generan una sensación incomoda de miedo, peligro, indignación, duda, y/o de que las cosas tienen que estar de cierto modo. Las obsesiones comunes incluyen las de contaminación, de superstición, de perder el control, de perfeccionismo, de pensamientos sexuales o violentos no deseados, y obsesiones religiosas o morales.
Compulsiones son acciones repetitivas o pensamientos repetitivos que lleva a cabo una persona para neutralizar, contrarrestar, o quitar las obsesiones. Las personas con TOC utilizan las compulsiones como un escape temporal de las sensaciones incómodas que generan los obsesiones, y a veces tratan de evitar situaciones que evocan las obsesiones. Las compulsiones comunes incluyen las de limpiar y lavar, de revisar, de repetir, y compulsiones mentales. Por su efecto temporal, así perpetúan el ciclo del TOC " las compulsiones ayudan a aliviar el miedo temporalmente, pero en breve las obsesiones retornan.
Si una persona tiene obsesiones y compulsiones, y si ellas duran por mucho tiempo e inhiben la realización de actividades de la vida diaria, es posible que tenga TOC. El TOC puede empezar en cualquier momento, y en general hay dos rangos de edad prevalentes donde aparece por primera vez " entre 10 y 12 años de edad, y entre los últimos años de la adolescencia y los primeros años de adultez. Los genes probablemente tienen un rol en el desarrollo del TOC, y existen diferencias entre los cerebros de personas con TOC y los de aquellas que no lo padecen.
Ro Vitale nos cuenta cómo es vivir con TOC:
“En mi caso, las obsesiones se manifiestan fundamentalmente como pensamientos intrusivos de contaminación, superstición, y duda. Y muchas veces, incluso se combinan. Las compulsiones a veces toman la forma de repetición de rutinas, o de lavado compulsivo (de manos, ropa, etc.) y también de evitación, entre otras. El diseño de los espacios que habito se ve afectado por las demandas de mis compulsiones: Tal objeto no puede tocar tal otro objeto, tal región de la casa me da miedo, etc. Los objetos y los espacios son mentalmente etiquetados por el TOC, afectando su disponibilidad. El contacto con la gente (sobre todo con personas no muy cercanas) también eleva mi ansiedad y alerta, con lo cual la vida afectiva y social también se ve de algún modo comprometida. El TOC pretende acostumbrarme a un modo extremadamente incómodo y displacentero de experimentar la vida cotidiana. Y como quienes lo padecemos, somos conscientes de su irracionalidad e inverosimilitud, la frustración y la vergüenza son sensaciones que también nos suelen acompañar.
Sin embargo, cuando subo al escenario para cantar, el TOC se reduce notablemente. Una de las cuestiones importantes que aprendí durante mi tratamiento es que yo NO soy el TOC, yo NO soy mis síntomas. El TOC es algo que me sucede, pero NO me define. Es muy importante entender que este trastorno no es un rasgo de nuestra personalidad. De hecho, es importante des-identificarnos del TOC y entender que no define nuestra identidad. La falta de información hace que, a veces, la gente crea que nuestros síntomas son actitudes “excéntricas” o “caprichosas.” Esto no es así. No son nuestras actitudes las que definen el comportamiento del TOC. Para combatir el estigma y la desinformación, es muy importante educar acerca de este trastorno. Debemos hablar del TOC, para que el TOC no hable por nosotros. Hay esperanza, hay tratamiento. ¡Podemos mejorar y recuperar nuestros sueños!”.
Recuperado de:
http://www.univision.com/noticias/salud/que-sabemos-del-trastorno-obsesivo-compulsivo
Trastorno dismorfico de la personalidad:
En este trastorno la persona se preocupa por uno o más defectos o imperfeciones fisicas que hacen que la persona se sienta fea, poco atractiva, anormal o deformada (Caballo, 2014).

Caracteristicas:
Conductas repetitivas buscando un cambio (cirugias)
Se comparan con los demas
Arreglarse de modo excesivo
Maquillarse en exceso
Comprar en exceso implementos de belleza
Datos estadisticos:
La liposuccione representa el 18,8 % de los procedimientos esteticos seguido del aumento de seno con un 17% (es.mas,s.f)
Y de las tecnica no invasivas Inyeciones de botox 32% (es.mas,s.f)
El Total global de los procedimientos esteticos invasivos y no invasivos es de 17 millones 259 mil 557 (es.mas,s.f)

Notiticia relacionada con el trastorno:
Un pedazo de carne
Autora: Maria Antonia

Eso somos: un pedazo de carne. Y huesos. Carne que obedece a un cerebro movido por estímulos externos. Carne que se deteriora y, tarde o temprano, se descompone y desaparece. La carne, que los filósofos intentan separar con escalpelo del “alma” o “espíritu”. Una carne que es cárcel, decía Platón; que es fuente de pecado, dicen los católicos.
La forma que adquiere esa carne al recubrir órganos y huesos es arbitraria, como ha sido arbitraria la imposición social de un tipo de cuerpo específico, de un color de piel, de una postura. A veces está bien visto ser rellenito –sinónimo de opulencia–, otras veces prevalece la delgadez. Otras veces es preferible parecer enfermo y lánguido –como en los años dorados de Edith Piaf– y algunas veces hay que pasar cuatro horas vistiéndose solo para asomarse a la ventana –al estilo de Madame Bovary–. El cuerpo humano –y en especial el cuerpo de la mujer– ha sido el contenedor sobre el que han recaído siempre los requerimientos sociales del deber ser. Esa señorita muestra mucho el tobillo, será mujer de mala vida; esa chica no se afeita las axilas, a lo mejor hasta consumirá drogas.
Así, nosotros mismos hemos hecho eso que tanto temía Platón, que nuestro cuerpo fuera nuestra propia cárcel. La presión social se multiplica por mil en el caso de las mujeres, derivando en desórdenes alimienticios, obsesiones con el aspecto físico, depresiones crónicas, suicidio. Las mujeres hemos estado sometidas al escrutinio de hombres que son, por lo general, poco atléticos, calvos y mal vestidos.
Ellos juzgan, sentados en su pedestal –o en la silla de un café–, a las mujeres mientras las ven pasar. Esa es muy piernona, esa tiene 'conejos', esa es como putona, con tanto maquillaje, esa seguro es anoréxica.
Su ideal estético proviene, probablemente, de la televisión, de las revistas, de otros hombres, a su vez, que pontifican sobre la cantidad exacta de lípidos que debe tener la mujer perfecta, la longitud y textura del pelo, el color de las cejas y la longitud de las pestañas. Las mujeres, criadas para ser bonitas sin importar mucho que desarrollen el intelecto, se pasan la vida obligadas a satisfacer esos arbitrarios parámetros estéticos.
Las colombianas quieren parecer gringas de Miami. Las francesas quieren parecer palos de golf. Las asiáticas quieren parecer occidentales… Para lograrlo, hacen uso de la industria farmacéutica, estética y de la medicina: bótox, cirugía para aumentar el busto, para redondear los ojos, pestañas postizas, pastillas para adelgazar, liposucción, dietas de hambre, fractura y recorte del tabique, extracción de costillas. Las mujeres siempre han sido el objeto decorativo del hogar y, como tal, deben estar sonrientes, ser delgadas, con el maquillaje perfecto y la boca cerrada.
Hombres y mujeres han olvidado que la nariz es para permitir el acceso del oxígeno a los pulmones, que los senos son para amamantar, que las caderas sostienen la parte superior del cuerpo y lo conectan con las piernas, que nos sirven para pasear. El cuerpo está ahí, para vivir los años que dure, para leer, para comer, pero no para convertirlo en un enemigo por no satisfacer las inhumanas exigencias estéticas de una sociedad obsesionada con la belleza. Ya estuvo bien de atribuirle valores morales a la cantidad de grasa acumulada en los brazos o en las piernas. Hombres y mujeres nacen y mueren muy pronto, es tonto e inútil pasarse la mitad de la vida tratando de parecerse a un ideal de belleza tan real como Dulcinea del Toboso
Recuperado de:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/un-pedazo-de-carne-maria-antonia-garcia-de-la-torre-columna-el-tiempo/16408667
Trastorno de acumulación:
Se caracteriza por la tendencia a la acumulación de artículos u objetos en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas, incluso si los objetos no tiene valor, son peligrosos o insalubres (Caballo, 2014).

Caracteristicas:
Acumulación de dinero, comida, objetos inservibles (basura), animales (muertos o vivos).
Incapacidad de botar un objeto aunque este no posea un valor sentimental.
viven aislados
Datos estaditicos:
2.5% de la población mundial lo padece(Servín,2014)
Según la Fundación Internacional de Desórdenes Compulsivos en Estados Unidos, 1 de cada 4 pacientes de TOC son acumuladores(Servín,2014)
En México existen 2.5 millones de personas que padecen un TOC (Servín,2014)

Noticia relacionada con el trastorno:
¿De dónde proviene la conducta de acumulación de objetos
Autor: Jessica Servín
El problema de acumular cosas va más allá de un simple desorden en el hogar o de una serie de televisión, este trastorno tiene bases psicológicas que pueden ir desde un estado depresivo muy profundo hasta un mecanismo de defensa ante el exterior.
El doctor en psicología Héctor Lara, académico de la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sugiere que esta conducta de acumular cosas se puede deber a un mecanismo de defensa que mantiene las emociones del paciente controladas.
“Es un problema de aprendizaje social y de personalidad, es una respuesta al estímulo ambiental, es tan sencillo como el dinero que detona en la avaricia o el número de conquistas amorosas que uno pueda tener. Es un reforzador social que tiene que ver con ese nivel de aceptación. La obsesión por tener cosas que no vas a usar”, asegura el psicólogo.
El trastorno acumulativo forma parte de los trastornos obsesivos compulsivos (TOC), en México existen 2.5 millones de personas que padecen un TOC, sin embargo, no se sabe a ciencia cierta cuántas de éstas también acumulan cosas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Según la Fundación Internacional de Desórdenes Compulsivos en Estados Unidos, 1 de cada 4 pacientes de TOC son acumuladores.
Los síntomas de acumulación pueden ser leves, o pueden ser muy graves, sin embargo, los especialistas de la Clínica de Trastorno Obsesivo Compulsivo han detectado que un paciente tarda hasta 7 años en acudir al médico, sobre todo por miedo a que lo internen. Aun así, en México ese trastorno ocupa el cuarto lugar en demanda dentro de los servicios psiquiátricos del país.
En algunos casos, los trastornos obsesivos compulsivos se padecen desde la infancia, pero se hacen evidentes hasta la edad adulta. Aunque los síntomas pueden desaparecer, explican los especialistas, persisten en la mayoría de los pacientes y pueden modificarse con el tiempo.
Según una definición de la American Psychological Association (APA), las compulsiones son los actos repetitivos que realizan las personas para disminuir la ansiedad generada por una obsesión, y que pueden ir desde hacer la misma tarea varias veces al día, hasta guardar objetos.
El origen del padecimiento aún está en discusión entre la comunidad científica, en general, la aparición de trastornos obsesivos compulsivos se relaciona con la combinación de factores genéticos, ambientales y del desarrollo.
El síndrome de Diógenes y la falta de contacto
Una forma en cierto grado agravada de este trastorno es el síndrome de Diógenes, que se diagnostica a aquellos pacientes que “además de acumular cosas, se rehúsan a tener contacto con otras personas”, explica el doctor en neurología, Eduardo Calixto González, del Departamento de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría.
En 1975 se llamó así a este padecimiento por Diógenes de Sínope, filósofo griego famoso por promover un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.
Las investigaciones en torno a este síndrome iniciaron formalmente en el 2000 y en la actualidad se cree que poco más del 2.5% de la población mundial lo padece.
“Imagina que la mente se atasca en un pensamiento o en una imagen específica. Ese pensamiento se repite una y otra vez, independientemente de lo que hagas, es decir que el sistema de alerta en tu cerebro no está funcionando correctamente”, dice el doctor Eduardo Calixto.
¿Cómo se pueden tratar los trastornos de acumulación?
Aunque pudiera pensarse que limpiar la casa de una persona con este trastorno sea de gran ayuda, en realidad es una causa perdida.
“Los intentos de limpiar ‘a fondo’ los hogares de personas que acumulan sin tratar el problema subyacente suelen fallar. Las familias pueden pasar horas y gastar miles de pesos en limpiar un hogar sólo para descubrir que el problema se repite, por lo general a los pocos meses. Los acumuladores cuyos hogares se limpian sin su consentimiento suelen experimentar una angustia extrema y pueden apegarse aún más a sus posesiones. Esto puede conducir a un rechazo de ayuda en el futuro”, de acuerdo con la Fundación Internacional de Desórdenes Compulsivos.
Quienes padecen este trastorno normalmente pasan por una intervención cognitiva que se basa en la motivación del paciente para enjuiciar sus obsesiones, y una psicoterapia cognitivo-conductual que ayuda a que el paciente sea capaz de controlar su pensamiento y restablezca la funcionalidad. También se incluyen técnicas de relajación combinadas con medicamentos.
Los médicos y las personas que rodean a los pacientes, apunta el doctor Lara, no deben olvidar que la ansiedad se produce por la duda “esa incógnita de saber a dónde estarán esos objetos o el preguntarse: ‘¿si los llego a necesitar y no los tengo?’”. La acumulación se trata como unaadicción.
Recuperado de:
http://mexico.cnn.com/salud/2014/04/08/de-donde-proviene-la-conducta-de-acumulacion-de-objetos
Trastorno tricotilomanía:
La persona que lo padece se arranca el pelo. Puede ser de cualquier parte del cuerpo (Caballo,2014).


Noticia relacionada con el trastorno:
Arrancarse el pelo, un trastorno tan común como desconocido
Autora: Teresa Garort
"No sé cómo empecé ni por qué. Hasta hace tres años apenas arrancaba pelos pero luego empezó a ir a más, empecé a arrancar de más partes hasta quedarme calva hace un año". Con estas palabras se presenta Cintia (España, 17 años) en el vídeo que ha hecho un grupo de chicas latinoamericanas y españolas explicando un aspecto de sus vidas que todas ellas comparten: padecen tricotilomanía.
Muchos desconocerán el significado de este "trabalenguas". Sin embargo, la mayoría habrá pronunciado alguna vez la expresión"estoy que me tiro de los pelos". Pues bien, según el DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), la tricotilomanía es un trastorno del control de los impulsos que afecta a cerca del 4%de la población mundial y se caracteriza por el comportamiento recurrente e irrefrenable focalizado en arrancar compulsivamente el propio pelo de la cabeza, de las cejas y pestañas, e incluso de algunas zonas corporales. Aunque algunas personas lo hacen de modo esporádico, otras pueden pasarse horasrealizando esta conducta, lo que puede producir desde pequeñas pérdidas de cabello hasta una calvicie severa.
Según Rosario Linares, psicóloga clínica del centro El Prado Psicólgos, la tricotilomanía suele aparecer en la infancia. "Entre el 1% y el 2% de los niños sufren esta patología, pero se estima que la prevalencia es mayor, ya que el 60%de los casos podrían no estar diagnosticados". Un gran porcentaje de personas con tricotilomaníasufren otros trastornos como déficit de atención e hiperactividad, onicofagia (comerse las uñas), dermatilomanía (pellizcado y rascado compulsivo de la piel), tricofagia (ingesta de pelo), depresión o ansiedad.
"Lo más usual es que al principio la persona intente ocultarlo para evitar el rechazo social; pueden producirse daños en sus relaciones interpersonales e incluso puede afectar en su desempeño laboral y estudiantil. La falta de control sobre sus impulsos les provoca una profunda vergüenza por lo que otros pueden pensar sobre su aspecto físico, lo que afecta gravemente a su autoestima", explica Rosario.
"Por ahora no hay consenso en la comunidad científica sobre sus causas, sin embargo se conoce que en muchos casos está asociada a sucesos estresantes y personalidades obsesivas", dice Rosario, quien cuenta que algunos expertos creen que se trata simplemente de un hábito reforzado por el bienestar que la persona siente después de realizarlo, algo con lo que ella reconoce "no estar de acuerdo"
Recuperado de:
http://www.elmundo.es/salud/2013/12/01/529861ab63fd3d7d7b8b456a.html
Trastorno de excoriación
La caracteristica esencial del trastorno es arañarse, pelarse, pellizcarse, punzarse o morderse la propía piel (Caballo,2014).


Noticia relacionada con el trastorno:
La psique a flor de piel
Autor: Joan Carles

Piel es un órgano complejo y estrechamente ligado a la mente. Además de ser una barrera contra las infecciones, somatiza fácilmente las emociones y quienes padecen enfermedades cutáneas como acné severo, psoriasis o vitíligo pueden ver alterada su imagen y acabar con depresión o ansiedad. De hecho, los pacientes dermatológicos presentan entre el 20% y el 30% más de afecciones psíquicas que el resto de la población, asegura Aurora Guerra, jefa de sección del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y coordinadora del primer volumen de Dermatología psiquiátrica. De la mente a la piel, publicado por la Academia Española de Dermatología y Venereología.
La principal clasificación de problemas mentales relacionados con la piel se encuentra en el Plan Diagnóstico Vienés de los Trastornos Psicodermatológicos (WDS), en permanente evolución, que surge debido al creciente interés por realizar un abordaje multidisciplinar de estas afecciones. ´El psiquiatra debería intervenir en los problemas dermatológicos en los que hay sospechas evidentes de patología psiquiátrica´, observa Gemma Parramon, psiquiatra del hospital de Vall d´Hebron de Barcelona, que también trata casos relacionados con la piel.
Algunos trastornos psiquiátricos no presentan sintomatología dermatológica. Algunos pacientes tienen síndromes delirantes (por ejemplo, creen que tienen parásitos bajo la piel), fobias o trastornos obsesivos compulsivos (miedo a las deformaciones corporales o a olor mal); otros padecen prurito sin lesiones cutáneas o síndromes dolorosos en zonas como la vulva o el ano, añade Parramon. ´Son pacientes psiquiátricos que no consultan a este especialista y es muy difícil que acepten hacerlo´, añade.
Alrededor del 27% de los 5.000 pacientes dermatológicos atendidos en el hospital Ernest Lluch de Calatayud (Zaragoza) presentaban síntomas que se correspondían con alteraciones psiquiátricas, ´en su mayor parte ansiedad, pero también depresión´, asegura Lucía Tomás, responsable de Psicodermatología del citado hospital. En pacientes con psoriasis, por ejemplo, la terapia en grupo les ayuda a mejorar: ´De alguna forma les enseñamos que son algo más que su enfermedad de la piel; les proporcionamos herramientas de afrontamiento con las cuales aprenden a expresar y manejar sus emociones´.
Algunos tratamientos dermatológicos, como los corticosteroides, afectan directamente al sistema nervioso central, al estado de ánimo y la conducta. También se pueden encontrar reacciones cutáneas adversas por medicaciones psicotrópicas: entre el 2% y el 5% de los pacientes en tratamiento con psicofármacos desarrollan principalmente prurito, pápulas eritematosas o urticaria.
La incidencia exacta de un psicofármaco en particular es generalmente desconocida y difícil de establecer: la prevalencia de reacciones dermatológicas por tomar litio (utilizado principalmente para tratar el trastorno bipolar) varía del 3,5% al 45% y el efecto más frecuente es la psoriasis en placas. También se sabe que entre el 10% y el 11% de los epilépticos tratados con carbamacepina acusarán efectos colaterales en la piel, dice Parramon.
La piel también es un espejo del interior del organismo, dice Aurora Guerra. ´Unas uñas abombadas pueden indicar hipoxia o falta de oxígeno, y si aparecen blancas, una alteración renal; el pelo quebradizo puede ser síntoma de una enfermedad celiaca; unos nódulos amarillos bajo la piel de ojos, cejas o codos, pueden indicar niveles altos de colesterol´.
Este espejo epidérmico a veces no refleja nada. ´Hay picores generalizados para los que no se encuentra una causa en la piel, ni aparece ninguna enfermedad interna; algo sucederá para que se pongan en marcha la histamina y otros mediadores, probablemente en el sistema nervioso, para que se produzca ese picor´, añade Guerra. El síndrome de la boca urente o quemante produce una sensación de picor que impide a veces comer, besar e incluso dormir, ´y tampoco se observa ninguna anomalía en la piel´. Probablemente la respuesta se encuentre en la combinación de problemas de la piel, mentales y hormonales, algo que estudia la llamada neuroendocrino-psicodermatología, que pretende explicar la interacción entre hormonas, sustancias, estrés y otros factores.
Recuperado de:
http://www.lanacion.com.ar/1136291-la-psique-a-flor-de-piel
Trastorno Narcisista
Las personas presentan un patrón generalizado que entraña grandiosidad, en la imaginación o en el comportamiento, una necesidad de admiración y una falta de capacidad empatica (Caballo, 2014).

Caracteristicas:
Las conversaciones la centran en ellos
Falta de interes en los otros
Fantasia de poder e influencia
Se creen los mas importantes
Falta de empatía
Datos diagnosticos:
Prevalencia del trastorno narcisista de la personalidad es de 1 a 2% (Sue et al,2010)
Más frecuentes en Mujeres que en hombres (Torgerson,2009)

Noticia relacionada con el trastorno:
“Psicópatas”
Autor: Jaime Robleto

No todos los psicópatas matan, de hecho la gran mayoría no lo hacen, solamente una minoría: los asesinos en serie (psicópatas cognitivos) asesinan instrumentalizando a sus víctimas sin que necesariamente haya un móvil más allá de su propio planteamiento, el cual resulta prácticamente inescrutable para el promedio de los mortales.
La industria del entretenimiento deforma y reduce la psicopatía al punto que se tiene una imagen de estos individuos que raya entre la caricatura y el estereotipo. En pantalla y la literatura se les perfila como seres que con solo ser vistos inspiran temor, ello puede resultar útil para efectos dramáticos, pero no corresponde a la imagen usual de un psicópata, que por lo general es indetectable o bien está socialmente “ajustado”.
Distintos grados. Aunque no hay consenso, Hervey M. Cleckley, pionero de la investigación sobre psicopatía, publicó en 1941 un libro llamado “The Mask of Sanity” y estimó que el 5% de las personas tienen rasgos psicopáticos en distintos grados, posteriormente el profesor de la Universidad de Columbia Británica y posiblemente una de las mayores autoridades en esta materia, Robert D. Hare indicó que la prevalencia de este fenómeno es la misma que la esquizofrenia (0,5 a 1,5 % de la población general), además es el creador de la prueba clínica más eficaz utilizada para la detección de psicopatía, la Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada (Psychopathy Checklist-Revised) (PCL-R), prueba que sólo debe ser aplicada por especialistas en la materia y que aunque se mencionará tangencialmente en este artículo, no debe en forma alguna originar pronósticos por parte del lector (a).
La psicopatía no es una enfermedad mental como tal, sino esencialmente un trastorno de la personalidad (DSM-IV, 1994) y por lo tanto los psicópatas son legalmente imputables, es decir son conscientes y responsables de los delitos que cometen. Pese a ello, “un buen psicópata” debe tener afectación en las tres esferas, es decir, biológica, psicológica y social.
Falta de emociones. Fisiológicamente, se acredita que el sistema límbico de los psicópatas no está completamente desarrollado, aunque eso no es suficiente para explicar por qué no tienen sentimientos como tales, aunque sí cognitivamente son capaces de imitarlos, incluso de mejor manera que quienes sienten de verdad, también son capaces de detectar las emociones y las necesidades de los demás, sin que eso implique empatía, precisamente la falta de ésta es una de las principales características de un psicópata, pues no puede ponerse en el lugar del otro (a), solo fingir hacerlo si eso le reporta una ganancia secundaria, a través del llamado pseudo-amor (Cleckley), que es solo un placebo, nunca una emoción real, su insight o autoconocimiento, es menor que el de un esquizofrénico.
Aunque se lo propusieran, los psicópatas no se relacionan con los demás como lo hacemos el común de las personas, ellos ven medios nunca fines, por eso el sadismo está justificado, ya que lo infligen a objetos –en su representación– aunque sean animados. La gran mayoría de los psicópatas son afectivos y no cognitivos, por ende, al no matar, la repercusión desde el punto de vista de la reacción social es menor y suele confundirse con la maldad general, el problema es que no lo es.
Estela de preguntas. Los psicópatas afectivos van por la vida dejando una estela de preguntas interminables en sus víctimas, cuentas bancarias vacías, corazones rotos, actos crueles aparentemente innecesarios y gratuitos, y a menudo se les tilda con el mote de “malas personas”, pero hay más bajo esa superficie.
De primera entrada parecen personas que se interesan genuinamente en los otros y son superficialmente encantadores (se advierte que nos ocupamos principalmente de una tipología de psicópatas, aunque muchas características son generales y que también en menor cantidad las hay del sexo femenino), no tienen brotes psicóticos (no hay demencia), no parecen raros, sino felices y ajustados al entorno, los rasgos más característicos de un psicópata afectivo es que suelen aburrirse con facilidad, desprecian, son envidio- sos, sienten ira, placer sádico y tienen una elevación constante del estado de ánimo, son capaces de mentir descaradamente manteniendo una tranquilidad pasmosa aun cuando son descubiertos en la mentira.
Negación de la responsabilidad. Niegan la responsabilidad de sus actos, no aceptan la culpa y no muestran la menor evidencia de humillación o remordimiento. Cuando cometen acciones ilegales, la gran mayoría no lo hace, son muy difíciles de atrapar para las autoridades, porque suelen ser en promedio muy metódicos e inteligentes, por ello pertenecen como regla a la llamada delincuencia de cuello blanco. Un psicópata afectivo no es capaz de enjuiciar su propia conducta y suelen ser muy egocéntricos, con co-morbidad de un trastorno de personalidad narcisista, son indiferentes al dolor de sus familiares y amigos, en realidad no se dan cuenta del caos que producen alrededor, no muestran desesperación ni siquiera en situaciones extremas.
No tienen ideaciones suicidas y usualmente no consumen drogas. Conviene reseñar que las personas que presentan una conducta antisocial, incluso quienes presentan un trastorno de conducta antisocial, no son necesariamente psicópatas, y además tienen un sistema normativo interior alterno, de tal forma que sí experimentan culpa y remordimiento, lo que es ajeno al psicópata, quien siente frustración al no cumplir su ritual (tema que se aparta un poco del objetivo de este artículo), pero el psicópata, cognitivo o afectivo, no siente, no conoce la culpa ni el remordimiento, eso lo define.
Factores comunes. Existen variantes en la tipología mencionada, pero hay factores comunes como la arrogancia en el trato, la experiencia afectiva deficiente, y sobre todo la ausencia de conciencia del daño producido lo que permite un diagnóstico bastante certero, el psicópata minimiza lo hecho en detrimento de otros y siempre maximiza lo que ha vivido, al punto que es capaz de considerarse incluso víctima, John Wayne Gacy, “Pogo”, quien al ser atrapado confesó haber matado a treinta y tres personas en Illinois, incluso enterró cuerpos en su propio sótano; se definía a sí mismo como una víctima y así lo creía.
La etiología de la psicopatía sigue siendo un misterio, no se sabe con certeza si se nace o se hace, o es la interacción de factores ambientales con predisposiciones fisiológicas lo que activa la cruda realidad de la acción de estas personas. Estadísticamente la posibilidad de interacción con un psicópata no es baja, dado que la prevalencia es la misma a nivel mundial, no se trata de generar miedo, sino conocimiento, aunque no existe tratamiento posible para este sector, los ciudadanos podemos capacitarnos para prevenir sus actos, permanecer indiferentes es quizás ya un lujo que no debemos permitirnos.
Recuperado de:
http://www.nacion.com/archivo/Psicopatas_0_1143685659.html
Trastorno dependiente
Se caracteriza por la dependencia a otros y una falta de voluntad para asumir la responsabilidad (Sue, Sue.D y Sue.S, 2010).

Caracteristicas:
No asuemen resposabilidades
Miedo a quedarse solos
Problemas de asertividad
Carecen de autoconfianza
Datos estadisticos:
Mayor prevalencia en mujeres (Sue et al,2010)
Datos epidemiologicos van de 1.6 al 6.4 por 100 en la población mundial (Sue et al,2010

Noticia relacionada con el trastorno:
¿Sufre usted de dependencia emocional con su pareja?, le contamos de qué se trata
Autora: Zorayda Lenis Rengifo
Alguna vez se ha preguntado ¿cómo es que algunas personas viven en relaciones de pareja que a simple vista son desgastantes, asfixiantes y enfermizas para la mayoría?
No permiten que su media mitad tenga amigos en Facebook ni reciba mensajes en Whatsapp del sexo opuesto; no toleran que salga sin antes rendir indagatoria de a dónde, con quién y por qué; no dejan que use cierta ropa; le exigen que se reporte a cada minuto y se convierten prácticamente en policías y detectives que siguen cada uno de sus pasos.
La razón, según Constanza Flórez de Cadavid, licenciada en educación, psicóloga especialista en intervención con familias y docente de la Universidad Cooperativa de Colombia es solo una: “las personas forman pareja con aquellos que les ayudan a continuar escribiendo su historia, o sea con quienes responden a sus deseos, necesidades y vacíos inconscientes”. Y en este caso se trata de hombres y mujeres que sufren de dependencia emocional, que terminan unidos a parejas tan dependientes como ellos.
De hecho, aunque unos y otros terminen acostumbrándose a esa forma de relacionarse, lo cierto es que los especialistas advierten que hay una clara diferencia entre amar y depender y que este tipo de comportamientos necesita corregirse ya que llega a afectar todos los aspectos de la vida de ambos miembros de la pareja.
¿Amar o depender?
Uno de los errores en que cae la persona dependiente es que cree que ama demasiado y que todo lo que hace es porque está terriblemente enamorada.
Pero la realidad, según Martha Suescún, especialista en adicciones y directora general de la Fundación Libérate, es que quienes tienen problemas de dependencia emocional no saben diferenciar entre amar y depender.
De hecho, es muy normal que una pareja que se quiere también se necesite en cierta forma, pero en el amor verdadero hay una relación de interdependencia que se caracteriza por ser tranquila y en la que reina el respeto, los acuerdos, la generosidad, la admiración, el apoyo y el diálogo.
En cambio, en la relación dependiente hay angustia, persecusión, imposición, desconfianza y miedo permanente. Así lo confirma la psicóloga Constanza Flórez de Cadavid, quien explica que “en una relación de amor real hay un yo y un tú, dos mundos individuales que se unen para compartir un espacio que se llama nosotros.
Mientras en la dependencia esos dos mundos del yo y el tú se sobreponen, hasta el punto que se vuelve una relación amalgamada en la que se pierde el límite entre el yo y el tú, con la consiguiente despersonalización o pérdida de la identidad de ambos”, explica.
Como la tuerca y el tornillo
En una relación de dependencia emocional, se dice que los dos miembros de la pareja terminan encajando, tal como un tornillo en una tuerca.
Según Suescún, “esto implica que para que haya una relación en la que hay una persona dependiente, debe haber un codependiente o colaborador, que responde a esa forma de amar, que se deja poseer y permite el dominio del otro”.
Algo así como si el uno dijera “Yo necesito de tí, necesito que me ames desesperadamente” y el otro respondiera “Tú sabes cómo amarme”, de manera que se vuelve un círculo vicioso en el que los dos se retroalimentan.
Mejor dicho, ambos son dependientes, pero uno es activo, agresivo, obsesivo y el otro, pasivo, sumiso, permisivo, obediente, influenciable y frágil de carácter.
Y como tal, se considera que ambos, tanto el activo dependiente como el pasivo necesitan tratamiento.
Dónde nace el problema
En el fondo de la dependencia hay un gran miedo a hacerse cargo de la propia vida.
De hecho, desde que nacemos somos dependientes de la madre, con quien se establece un nexo biológico a través del cordón umbilical, que aún después de cortarlo se mantiene muy fuerte.
Luego, cuando el niño nace comienza a independizarse a través de actividades como gatear, caminar o vestirse solo. Cuando ese proceso de apego y desapego se desarrolla de manera normal, la persona crece entendiendo que es posible alejarse del ser amado sin temor al abandono.
Pero cuando se presentan dificultades o sucede algo que afecte el proceso, entonces se genera la dependencia emocional. Así lo advierte Contanza Flórez de Cadavid, quien asegura que “esto puede ocurrir en diferentes circunstancias.
Por ejemplo, que la madre deba viajar y dejar a su hijo recién nacido al cuidado de otra persona. Que salga a trabajar y deje a su pequeño dormido y cuando llega ya él esté durmiendo. Que esté presente de cuerpo, pero haya una distancia afectiva o falta de amor. O que por tener conflictos con su pareja descuide a su hijo”.
En casos como estos, al parecer, se dispara en el niño una sensación de orfandad y se genera un vacío emocional que termina manteniéndose hasta la adultez, y que solo se expresa a través de relaciones dependientes con la pareja.
“Y en última instancia influye también haber sido víctima de maltrato físico o psicológico de parte de uno o ambos padres, por lo que la persona aprende a ser maltratada y se acostumbra a ello”, agrega Suescún.
Hasta dónde llega
La dependencia o adicción por el otro no se queda solo en su impacto en la pareja. Termina afectando todas las demás áreas de la vida.
En lo personal, es desgastante. “La víctima no puede desarrollar su identidad, se altera el autoconcepto, se vuelve sumisa, le cuesta tomar decisiones, se altera su estado de ánimo y se puede tornar muy agresiva”, anota la psicóloga Flórez de Cadavid.
Además, se llena de inseguridades y miedos que afectan la forma en que se relaciona con el mundo, porque tiene una gran necesidad de reconocimiento y aprobación.
Por otro lado, la psicóloga Suescún es enfática en que como la relación de pareja le absorbe tanto y le llena de conflictos puede llegar a descuidar a sus hijos y familiares.
Las señales de la dependencia
Del activo dependiente
Le impone condiciones a su pareja y a la relación. Decide sobre cosas como con quienes puede hablar, qué amigos puede tener o qué ropa puede ponerse.
La persona es sumamente aprehensiva. Siempre está poniendo en duda lo que su pareja le dice y cualquier situación es motivo de sospecha.
Siente que no puede ser ni vivir sin el otro. Tiene miedo a la ruptura de la relación y al abandono.
Se obsesiona y crea fantasías fácilmente en torno a las situaciones de pareja.
Experimenta algo similar a lo que sufren los adictos a las sustancias psicoactivas. es decir, un síndrome de abstinencia cuando la pareja no está.
Del pasivo dependiente
Aún cuando se puede sentir maltratado, asfixiado o controlado, no puede cortar con la relación de pareja.
Le cuesta trabajo tomar decisiones. Tiende a hacer mil cosas para tratar de dejar al otro, pero nunca lo logra. Se va, pero siempre regresa.
Además, busca excusas para continuar la relación o no se separa por lástima, porque cree que el otro no va a poder vivir sino es en su compañía.
Requiere tratamiento
Usualmente la persona dependiente consulta cuando está pasando por una crisis. En estos casos el profesional evaluará su historia familiar y personal, para determinar qué tipo de situaciones o experiencias le llevaron a este problema.
Le enseñará a entender además que hay otras formas de relacionarse con el otro.
Para lograr todo esto la terapia se desarrolla en tres niveles:
El cognitivo, para que la persona entienda lo que le pasa y se dé cuenta de que la relación con su pareja es nociva.
El afectivo, en el que aprende a reconocer las emociones que le genera esa dependencia, si le produce angustia o un comportamiento más bien obsesivo.
El comportamental, en el que se le enseña la manera de tomar decisiones y sobre todo de mantenerse, o sea que adquiera una consistencia entre lo que piensa, siente y hace.
La vía de escape
Aprenda a reconocer su problema y a identificar sus miedos.
Fortalezca la autoestima y el respeto hacia sí mismo.
Establezca una diferencia entre lo que le conviene y lo que no. Asimile ideas como “merezco ser bien amado (a) y respetado (a)”. Haga un balance del costo beneficio que le genera la relación.
Trabaje en el autocontrol para que deje de estar vigilando y persiguiendo a su pareja.
Fortalezca su identidad. En las relaciones dependientes muchas veces se dice sí, cuando se quería decir no.
Luche contra el deseo y el impulso de estar todo el tiempo con la otra persona.
Tenga presente que el amor no obliga, mendiga ni soporta. El amor se construye.
Consulte. No le pregunte a su mejor amigo qué hacer, porque seguramente esa persona le dirá que deje a su pareja, pero usted no sabrá cómo hasta que no entienda las razones que lo llevaron a tener este tipo de relación
Recuperado de :
http://www.elpais.com.co/elpais/salud/noticias/sufre-usted-dependencia-emocional-con-su-pareja-le-contamos-trata
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